Las críticas empezaban a caer sobre el "equipo de moda", un Villareal aguerrido y un Llorente inspirado habían destrozado la fiesta ya planeada del Barca para celebrar su primer título del año. Bajas importantes como la de Henry e Iniesta y un par de expulsiones innecesarias de defensas ansiosos, daban a flote dudas entre hinchas con la expectativa a tope.
Con la final de la Copa del Rey en juego, la presión de camerino desbordándose en la cancha y un gol tempranero de Toquero parecía que todo era cuesta arriba para los Blaugranas y el Tri se veía cada vez más lejos.
Sin embargo apareció un individualismo de un jugador no tan regular en las líneas del Barca. Con ganas de empezar una fiesta y como rompiendo una piñata Yaya Touré dribló a tres jugadores y sacó un zapatazo al palo corto del arquero que le recordó al equipo azulgrana que allí estaban haciendo historia.
Como balde de agua fría el Bilbao después del empate se arrinconó y la secuela de los goles de Bojan, Xavi y Piqué parecieron inmediatos al empate.
4-1 reyes de España y una liga practicamente en el bolsillo. Parece que solo les queda vencer a su semejante Manchester United y conquistar Europa, pero los "diablos rojos" buscan la misma gloria del Tri y siendo campeones de Europa y portadores del actual balón de oro (Crisitano Ronaldo) es un equipo que el Barcelona debe respetar, más que temer.
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